Victor (Martin Piroyansky) está en apuros monetarios. A punto de casarse y con su suegro, gerente de un banco, pagando absolutamente todo, decide vender la cámara con la que realizaba cortos amateurs para poder pagar su heladera nueva y parte de su propia fiesta. Pero lejos de conseguir comprador encuentra un productor, que esta buscando quien dirija una película. Emocionado, acepta el fangote de dinero que le ofrecen para enterarse más tarde que lo que deberá grabar es una porno. En medio de situaciones desopilantes que no dejan de escalar e involucran a cada vez más personas, la atención se mantiene firme en una sola dirección: ¿Lograrán Víctor y sus amigos cumplir con el encargo?
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