Cuando salió The Blair Witch Project, allá por el '99, el mundo claramente era otro y tenía una inocencia que le permitía creerse que los hechos narrados en la película eran realmente una cinta de video hallada. El mito urbano generado a partir de la película era lo mejor de la propuesta, y el saber que había gente que, efectivamente, a partir de la campaña de prensa, consideró que los hechos fueron reales, es algo que siempre me dibuja una sonrisa en el rostro. Pero pasaron años, corrió mucha agua bajo el puente, y actualmente contamos incluso con la posibilidad de hacer transmisiones en vivo desde Facebook mientras hacemos caca. ¿Qué podría entonces aportarnos una nueva película del denominado found footage?